Hambruna Tarahumara

A principios de este año se suscitaron llamadas de alerta en algunos medios de comunicación sobre supuestos suicidios en la Sierra Tarahumara por la falta de alimentos, hecho que fue expandiéndose con el paso de los días hasta lograr ponerse en la agenda nacional. 

El presidente municipal de Carichí al igual que el gobernador César Duarte (Chihuahua) negaron los hechos, sin embargo, afirmaron que la Sierra Tarahumara padecía de hambruna. En este sentido, la Fundación Tarahumara José A. Llaguno declaró que la escasez de alimentos así como la sequía imperante en la Sierra Tarahumara es una situación cíclica que ocurre cada año.  

De acuerdo a la Fundación del Empresariado Chihuahuense AC (Fechac) en 2011 se dejaron de producir 20 mil toneladas de maíz de autoconsumo, lo cual profundizó la desnutrición imperante en las tierras de rarámuris.  

La Sierra Tarahumara se ha caracterizado por la marginación y miseria que viven sus comunidades autóctonas, sin olvidar la geografía y sobre todo los usos y costumbres de la región que hacen aún más difícil el contacto con ellos. Como ejemplo las comunidades de rarámuris que han sido explotadas y olvidadas sin que autoridades tomen cartas en el asunto a lo largo de la historia. 


Si tenemos en cuenta que el fenómeno de sequías es frecuente en la Sierra Tarahumara, no resulta fuera de lugar que la crisis alimentaria, que sí existe, este siendo aprovechada por algunos grupos políticos como campaña de desprestigio ante otros grupos. En este sentido se encontraba la batalla entre el Gobierno Federal y la Cámara de Diputados por recursos del famoso fondo para la atención de los desastres naturales entre los que se encuentra la sequía que aqueja el norte del país. La negativa del Gobierno Federal se centraba en que dichos recursos del fondo serían usados para fines electorales en campañas políticas de aquellos estados. 
  
Ante este contexto resulta necesario que autoridades de todos los niveles pero sobre todo estatales (Chihuahua, Durango y Sinaloa) y federales trabajen en realizar políticas que se centren en combatir el fenómeno de raíz, es decir, combatir las causas de éstos, no sólo las consecuencias.  

Es necesario crear programas a mediano y largo plazo, teniendo siempre en cuenta los usos y costumbres de la región. De acuerdo al último informe divulgado por el Panel de Alto Nivel sobre Sostenibilidad Global de la ONU, para 2030 la demanda global de alimentos habrá aumentado un 50%. 

Si realmente se quiere combatir dicho problema se tienen que dejar de lado programas paternalistas que lo único que fomentan es el deterioro de la sociedad. 

Es necesario que estos hechos como muchos otros no se limiten a tiempos electorales, es necesario que las autoridades de todos los órdenes tengan voluntad y responsabilidad política de afrontar el problema con soluciones reales, no momentáneas.  

Es tiempo de cambiar la visión de políticas indigenistas a corto plazo, es tiempo de crear una visión integral de desarrollo sustentable por el bien de México. Estemos pendientes… 

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