El showman de Miraflores
2012 se ha caracterizado por ser un año electoral en la arena nacional
e internacional; sin embargo, un proceso que llama la atención debido al
protagonismo que ha asumido el presidente de dicho país es Venezuela.
No se trata de cualquier presidente, se trata de un político de
contrastes que ha logrado transformarse en un ícono global en los últimos años:
Hugo Chávez Frías. Sin duda, un verdadero showman de la política.
Chávez llegó al poder en el año de 1998 vía democrática, después de un
intento fallido de golpe de estado (1992). Desde ese momento ha permanecido en
Miraflores (sede del Gobierno de Venezuela) y actualmente busca su tercera
reelección.
Resulta interesante el papel del presidente Chávez en la esfera
política, ya que es un mandatario que no se asume ni de izquierda ni de
derecha, sino bolivariano. De acuerdo a declaraciones se ha autodefinido
ideológicamente atraído por la Tercera Vía. Habrá que preguntarse si estamos
hablando de la misma Tercera Vía de los países escandinavos?.
Las campañas rumbo a los comicios del próximo 7 de octubre iniciaron
en medio de un contexto que no escapa a la realidad latinoamericana. Venezuela
es un país que se vuelve atractivo ante los ojos del mundo debido a la riqueza
petrolera que posee, pero también por el deterioro de derechos humanos y
libertades imperantes en dicho país (Human Right Watch).
De acuerdo a la última encuesta elaborada por el Instituto Venezolano
de Análisis de Datos (IVAD) el presidente venezolano posee un 57.1% de las
preferencias frente a su adversario más cercano, Henrique Capriles (30.3%).
Una de las razones, no la única, que explica la permanencia del
presidente Chávez al frente del gobierno radica en el conocimiento y uso del
poder mediático. En política no se trata de hablar, se trata de comunicar
efectivamente, y sin duda Chávez lo sabe hacer. Un presidente que nunca ha dejado
de estar en campaña.
El éxito de la comunicación del comandante con sus gobernados radica
en el uso de un lenguaje coloquial que genera empatía, confiabilidad y
fidelidad. Chávez no entra dentro del estereotipo del político tradicional, es
uno más del pueblo. El discurso que muestra el showman de Miraflores está
plagado de una carga moral y religiosa que llama la atención.
Al analizar el tono así como el contenido de sus mensajes encontramos
un discurso de oposición. De acuerdo a Marcano, la furia verbal del mandatario
es casi una disciplina, un plan bien diseñado, una estrategia militar basada en
la provocación, en el enfrentamiento permanente.
Los slogans que acompañan la campaña de reelección son: “Chávez
corazón de mi patria”, “Chávez corazón del pueblo”. El eje de la campaña es
apelar a la continuidad. En los spots de televisión y radio se puede observar
un nacionalismo incrustado de una dosis de emotividad mediante conceptos
abstractos como la felicidad y el amor.
El mejor aliado que posee el presidente sudamericano es “Aló
Presidente”, un programa de radio en el que mantiene charlas con sus
gobernados, las cuales pueden extenderse horas en cadena nacional. Un medio de
comunicación del Estado y por ende un medio de propaganda en tiempos electorales.
Como buen conocedor de los medios y como indicador de su popularidad
internacional, el mandatario venezolano lidera el ranking de los presidentes
latinoamericanos más populares en twitter (3.2 millones de seguidores).
A diferencia de Chávez, Capriles apela al cambio,
bajo el slogan “Progreso, hay un cambio”. El objetivo es mostrar las fallas de
la administración chavista, centrándose en el empleo (desempleo de 7,9%) y la
seguridad (tasa de homicidios 67 por cada 100.000 personas).
Capriles resultó ser un buen candidato, un político
con una trayectoria amplia, con una imagen bien lograda, pero que sin duda se
ve opacada por el protagonismo del presidente Chávez y todo el aparato del
Estado que controla dicho país.
Ante dicha estrategia de ataque, los argumentos de
Chávez son “uno puede criticar a la revolución, pero no puede votar a la
burguesía; eso sería traición. A veces podemos fallar, pero tenemos en el
corazón amor de verdad por el pueblo. Cualquier ataque no es contra Chávez, es
contra el pueblo, porque Chávez es un pueblo”.
De continuar las aguas con el mismo cauce, las
aspiraciones de Chávez de permanecer hasta 2030 en el poder cobraran más
fuerza. Solo por mencionar un dato el índice de democracia de Venezuela de
acuerdo a la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU) es de 5,08 en una
escala de 1-10, la cual tiene una categoría de régimen hibrido. En comparación,
México posee una mejor calificación con 6,93 perteneciendo a la categoría de
democracia defectuosa.
Al final, no basta con tener los medios, sino saber
cómo y cuándo utilizarlos. En política el brillo de los reflectores puede ser
más poderoso que cualquier otra fortuna. Estemos pendientes…
(Texto publicado en la Revista D´interés)