La guerra por el 0.007
Desde siempre hemos oído que el agua es vital para
lo sobrevivencia de la especie humana, sin embargo, ¿cuántas veces realmente
nos hemos puesto a pensar que haríamos si nos llegase a faltar dicho liquido?
Se ha llegado a decir que la tercera guerra mundial
será por el agua, donde las potencias mundiales no lucharían por demostrar
quien es más fuerte, sino quien sobrevive. Actualmente cada minuto mueren siete
personas por falta de agua o agua contaminada.
Un reporte publicado por la Universidad de Princeton
muestra como la distribución de agua en el mundo es muy desproporcional a la
cantidad de personas que lo habitamos. Por ejemplo, Asia concentra el 60% de la
población mundial, sin embargo, dicho continente tiene el 36% del suministro
del agua. Continentes como África y Europa se encuentran en una situación
similar a Asia. En contraste, Sudamérica concentra el 6% de la población
mundial y posee el 26% del agua en el mundo.
Tanto en Asia como en Europa observamos que existe
una tendencia a reducir la tasa de natalidad en sus sociedades, estas acciones
obedecen a aspectos culturales pero también a políticas públicas que buscan
contrarrestar problemas como el acceso al agua potable.
De toda el agua que existe en el mundo, sólo 2.5% es
agua dulce, y de ese porcentaje solamente el 0.007% es agua potable. Este
último porcentaje disminuye año con año ya que factores como la
sobreexplotación de ecosistemas, la sobrepoblación, así como la contaminación
disminuyen la cantidad de agua para consumo humano.
En México uno de los principales problemas del agua
potable son las redes de suministro, sobre todo en urbes como la Ciudad de
México. El desperdicio, la falta de estructura para reciclar el agua, así como
la falta de leyes que sancionen a aquellas personas que contaminen o
desperdicien el agua favorecerá a crear una cultura en pro del agua.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) nuestro país es el líder mundial en consumir agua potable, y esto obedece
en gran medida a que la calidad del agua es muy mala. De 120 países evaluados,
México ocupa el lugar 114 en calidad del agua, ubicándolo dentro de los países
con más problemas en la calidad del vital liquido.
La tecnología siempre debe ser un aliado para
mejorar muchos de los problemas que tenemos actualmente. Un ejemplo de ello es el
talento del investigador mexicano José Alberto Hernández quien propuso el agua
ionizada, una alternativa para purificar el agua a través de resonancia
magnética. Sin duda existen muchas cosas que pueden hacer la gran diferencia,
el punto es empezar por estar conscientes del problema que representa y la
dependencia que tenemos todos los seres humanos de tal liquido.
Ante este contexto no descartemos que en un futuro países
en Europa, Medio Oriente e incluso Sudamérica desaten conflictos esta vez no
por territorios, sino por el vital liquido que al final del día se traduce en
poder. Problemas pequeños entre comunidades puede ser el punto clave (tipping
point) que desate problemas regionales.
El caso que mejor ejemplifica los conflictos por el
agua es Palestina e Israel, donde el problema es la distribución desigual de
los acuíferos. Por un lado Israel tiene el control del agua de los territorios ocupados y por el
otro lado Palestina depende de las aguas subterráneas que están bajo las normas
israelíes. Esta situación aunada a las tenciones políticas y culturales aumenta
el riesgo de un estallido social o político.
Estemos conscientes de la importancia que tiene en
la vida de cada uno de nosotros el vital liquido. Por un lado, como ciudadanos
asumamos la responsabilidad de utilizarlo de manera racional y por el otro, los
Gobiernos tienen la tarea de crear políticas públicas que incentiven nuevas
formas de utilizar y reciclar el agua, así como leyes que vigilen y sancionen
su abuso.
A propósito del aniversario 50 de la muerte del ex
presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, alguna vez dijo: “Quien fuere
capaz de resolver los problemas del agua, será merecedor a dos premios Nobel,
uno por la Paz y otro por la Ciencia”. Estemos pendiente…
(Texto publicado en la Revista D'interés)