Cómo camina la vida del mexicano?
Si le preguntara, ¿cómo camina su vida, su respuesta sería positiva o negativa?. Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestra como el bienestar del mexicano no necesariamente está relacionado con factores socioeconómicos medidos en distintas variables.
Los factores sociales, económicos,
educativos, culturales, políticos y de seguridad son los que determinan en gran
medida el bienestar y calidad de vida de las personas en cualquier país del
mundo. Dichos factores se encuentran en un entorno macro como en un entorno
micro.
En su reporte Índice para una Vida Mejor,
la OCDE midió 11 variables para elaborarlo, llamarón mucho la atención los
resultados que se obtienen de la sociedad mexicana ya que no existe una
relación directa entre los datos duros y la satisfacción en general de la
sociedad.
Las variables que usa el estudio son 11:
vivienda, ingresos, empleo, comunidad, educación, medio ambiente, compromiso
cívico, salud, seguridad, balance vida y trabajo y satisfacción. Los datos
duros que contrastan la satisfacción del mexicano para que nos demos una idea de
como se encuentra nuestro país comparado con el promedio de los países de la
OCDE son los siguientes:
En materia laboral, en México se trabaja
2,250 horas al año, más que la mayoría de los habitantes de los países de la
OCDE, quienes trabajan 1,776 horas. Esto se puede traducir a una falta de
eficiencia al realizar nuestras labores.
Uno de los grandes pendientes y pilares del cambio en nuestra sociedad es la educación, en este sentido, el 36% de las personas adultas entre 25 y 64 años de edad han obtenido un título de secundaria, comparados con el promedio de los países de la OCDE nos quedamos muy cortos, ya que el promedio de la organización internacional es de 74%.
Como muestra del rezago en materia de
educación podemos utilizar la prueba PISA (Programa para la Evaluación
Internacional de Estudiantes) donde México obtuvo 420 puntos en promedio,
mientras que el promedio de la OCDE son 497 puntos en dicha prueba.
La esperanza de vida del mexicano es de 74
años, mientras que la media de la OCDE
es de 80 años.
En el ámbito electoral, la participación
ciudadana no puede ser la excepción y también se encuentra por debajo de la
media de los países de la OCDE. En las últimas elecciones presidenciales de
México el 63% de las personas que podían votar lo hizo, mientras que el promedio
de la OCDE es de 72%.
Respecto
a los servicios básicos, dicho organismo mide las viviendas con acceso privado
a inodoros interiores con agua el cual tiene acceso el 95.8% de las personas en
México, mientras que el promedio del organismo internacional es de 97.8%.
De acuerdo al organismo internacional, el
ingreso familiar del mexicano disponible neto es de 12,732 dólares anuales,
dicho ingreso es menor que el promedio de la OCDE que es de 23,047 dólares.
Uno de los principales problemas que vive nuestro
país es la inseguridad, en este sentido, en México 13% de las personas
informaron haber sido víctimas de un asalto durante el último año, mientras que
el promedio de la OCDE fue de 4%.
Hasta estas cifras México está por debajo de
la media de todos los países de la OCDE, lo cual no suena descabellado ya que
los países miembros de dicha organización internacional son los que
proporcionan al mundo más del 70% del mercado mundial. En este sentido es bueno
que México se pueda medir y comparar con dichos países ya que debería propiciar
que se generen políticas públicas desde diferentes perspectivas.
Lo que llamó mucho la atención del Índice para una Vida Mejor es qué tan satisfechos nos
encontramos los mexicanos con la vida, el 85% dijo tener más experiencias
positivas en un día normal que negativas. Es la única variable del índice en el
que México se encuentra arriba del promedio.
Al final del día, podemos tener varias
hipótesis, sin embargo, algo que queda descubierto en el índice de la OCDE es
el alto grado de satisfacción que tenemos los mexicanos de la vida. En este
sentido, podemos decir tres cosas, que nos conformamos y exigimos poco de la
vida y de nosotros mismos, que no estamos consientes del contexto en el cual
vivimos, o que simplemente tratamos de evadir la realidad. Estemos pendiente…
(Texto publicado en la revista D'interés)