La Visita
El próximo 12 de febrero llegará a territorio mexicano por primera vez el Papa Francisco, el jefe de estado del Vaticano y líder de la iglesia católica. De acuerdo a los medios oficiales es una visita pastoral más que política, sin embargo, una visita de esta índole no puede minimizar el peso político que conlleva su presencia en ciertas ciudades del país.
Aunado a su agenda y objetivos pastorales, llama la atención la
construcción de su agenda y sobre todo el mensaje que desea posicionar en
dichos lugares. Será la primera vez que se escuche a un Papa hablar español
durante toda su visita.
México siempre ha sido un país prioritario en la agenda del
vaticano por dos cuestiones estratégicas. La primera es porque nuestro país es
la segunda nación con mayor número de católicos en todo el mundo y la segunda
porque también es el filtro de varias sectas y religiones a América Latina.
En los últimos dos años, México ha tenido eventos que pusieron en
jaque al gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto como fue la desaparición de
los 43 normalistas, los escándalos de corrupción así como la fuga de uno de los
narcotraficantes más buscados del mundo.
Ante este contexto llamó la atención que el Papa número 266 de la
iglesia católica no haya hecho esta visita a México anteriormente. Hubo varias
oportunidades, sin embargo, fueron distintos los motivos logísticos y políticos
por los cuales no se concretaba, tanto por el estado mexicano como del
vaticano.
El Papa Francisco, sin duda es uno de los líderes con más
influencia en todo el mundo, se ha
caracterizado por tener un excelente manejo de su comunicación, a pesar de que
ha tenido descalabros dentro de su círculo cercano que han provocado que el
pontífice se inmiscuya en terrenos pantanosos.
Tal es el caso de mail filtrado hace un año donde el pontífice advierte
a un legislador argentino que dicho país sudamericano está a tiempo de evitar
la “mexicanización”. Entre sus comentarios dijo “estuve hablando con algunos
obispos mexicanos y la cosa es de terror” al referirse a la situación de
nuestro país.
Para la secretaría de relaciones exteriores dichas filtraciones no
fueron de su gracia, aunado el deseo del Papa de reunirse con los padres de los
43 desaparecidos en Ayotzinapa en el año 2014.
Al revisar la agenda que tendrá el Papa en territorio mexicano es
evidente que tendrá tintes políticos su visita. Basta mirar las ciudades que
visitará (Ecatepec, Ciudad de México, San Cristóbal de las Casas, Tuxtla,
Morelia y Ciudad Juárez) para conocer los temas que guiaran sus discursos entre
los que estarán: corrupción, migración, derechos humanos, pobreza, grupos
indígenas y narcotráfico.
Resulta interesante saber que la visita del Papa Francisco tendrá
escenarios diversos como son una cárcel, estadios, hospitales, auditorios, etc.
El Papa no tendrá impedimento legal alguno para poder hablar de
algún tema político, ya que aún no empezarán las pre campañas electorales de
este año. Sin embargo, no faltará algún candidato o precandidato que haga
presencia en alguno de los eventos del jerarca católico para salir en la foto y
tratar de subir sus bonos con su electorado. Recordemos que en México el 89.3%
de la población profesa dicha religión (INEGI).
La presencia del Pontífice católico en tierras mexicanas no
solucionará los problemas que atraviesa nuestro país. Para nadie es un secreto
que el humor social que vive México es sumamente delicado, persiste un descontento
generalizado y por ende una falta de credibilidad que se acentúa no sólo hacia
autoridades e instituciones públicas, sino entre la propia sociedad, lo cual es
preocupante y delicado desde el ángulo que se mire.
Además de generar expectativa y toda una revolución de euforia, la
visita del jerarca católica dejará una derrama económica de más de 870 millones
de pesos al Distrito Federal. Sin duda será el evento más importante para la
iglesia católica este año.
Son muchas las expectativas que genera la visita del Papa
Francisco a México, sin embargo, al final del día prevalecerá la diplomacia por
sobre todas las cosas, lo cual dejará un buen sabor de boca a los mexicanos,
pero que sin duda, tendrá en suspenso a las autoridades mexicanas. Estemos pendiente…
(Texto publicado en la Revista D'intéres)