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El ser humano es la especie más endeble capaz de lograr lo imposible.
Es aquel que puede transitar de lo blanco a lo negro y viceversa.
Es aquella semilla capaz de transformar el odio en amor,
de destruir y construir,
de conectar y desconectar,
de oír y ensordecer,
de manipular y despertar.

Hemos llegado a un punto donde la credibilidad (valor de mayor peso actualmente) se ha pulverizado en instituciones, actores políticos, organizaciones, pero lo más grave y peligroso entre la misma sociedad.

Con los acontecimientos naturales de septiembre (7-S y 19-S) surgió una esperanza al ver como aquel sector de la sociedad olvidado y criticado por su pasividad (millennials) se activó para rescatar ese sentimiento de solidaridad que se había desdibujado.

Pero no será suficiente…

Así como a nuestra generación le tocó enfrentar el cambio tecnológico, también le tocará iniciar un cambio verdadero, un cambio de conciencia que permita repensar, actuar e interactuar.

Somos los designados para sembrar ese cambio, pero no es momento de cosechar, aún. No es momento de hablar de un cambio en el sentido infértil de un discurso.

El cambio vendrá con la generación Z, ellos que tienen otra forma de ver el mundo, ellos que tienen la posibilidad de ser educados en una conciencia más elevada de lo que estamos nosotros.

Es la educación la raíz del todo. La familia será el núcleo donde parta todo, por ello México tiene mayores esperanzas. Cuando hablo de familia no me refiero al limitante concepto donde está papá, mamá e hijo; me refiero a un concepto amplio donde los valores son los pilares del conocimiento y del despertar.

Este escenario planteará nuevos retos y oportunidades para todos. En esta nueva reconexión con nuestra razón de ser estará nuestra mayor oportunidad de renacer una nueva concepción de lo que somos.

Es necesario reconectar a la sociedad con su raíz para renacer la política como eje de toda sociedad.

El cambio que muchos pregonan no vendría de los políticos y mucho menos de un mesías. El cambio vendrá del despertar de conciencia de los futuros ciudadanos. Hoy nos queda sembrar esa fuente de esperanza con cimientos reales.

El nuevo estado y ziudadano

La manipulación crecerá, los viejos y nuevos medios serán apoderados de muchos y serán manipulados, sin embargo, a diferencia de hoy, el nuevo ziudadano tendrá un nivel de conciencia mayor y podrá diferenciar esto.

Las campañaz

La nueva forma de hacer política planteará nuevos retos, nuevos políticos, nuevas formas de hacer campañas. El storydoing pasará a la historia, la creatividad y sobre todo la coherencia más que la historia será la clave para lograr el éxito en una campaña.

Los recursos materiales, económicos, humanos y tecnológicos serán más sofisticados.

Habrá manipulación sí, pero no como logramos imaginar hoy.

Las redes terrestres se tejerán de una manera distinta con aparatos. El espacio digital será el lugar donde se desatan las pasiones y es ahí donde surgirá el verdadero debate y exposición de poderes, poderes que van más allá del contacto.

La tecnología será el juez, será creíble y pocas veces impermeable.

A medida que el ser humano vaya elevando su estado de conciencia, el universo conspirará nuevas formas de organizarse.

Al final, no hay final porque todo siempre está en constante evolución, afortunada e irremediablemente.

Es momento de re-conectar, re-sanar, re-construir, re-unir, re-valorar, re-nacer…


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