El fantasma del 2018
Estamos
a pocos días de terminar este 2017 y aún no están definidos todos los
candidatos a la presidencia, aunque los candidatos de Morena y el PRI ya dieron
el primer paso. Será que los primeros pegan dos veces?
Pues,
de acuerdo a la última encuesta publicada por el diario El Universal (06 diciembre), la preferencias las encabeza López Obrador con 31%, Ricardo Anaya con 23%, José Antonio Meade con 16% y Margarita Zavala con 10%.
Aún
falta ver que pasará con el Frente Ciudadano del PAN-PRD-MC, así como quiénes
serán los candidatos “independientes”, por el momento se perfilan Jaime Rodríguez El Bronco (Gobernador de
Nuevo León) y Margarita Zavala (Ex Primera Dama). Con estos detalles estratégicos
definidos empezará la contienda y el conteo real rumbo a la sucesión
presidencial.
Un
escenario complejo desde dos aristas estratégicas, por un lado una competencia con
muchos actores medianamente fuertes que al final servirán y configurar el
resultado final, y por el otro lado el tema económico tanto nacional como
internacionalmente. Este último aspecto guiará el rumbo de la elección ya que
la salida inminente de México del TLCAN repercutirá en los bolsillos de todos
los mexicanos, en la seguridad y calidad de vida.
Aunado
a ello, el clima social de los mexicanos hacia la política es más brumoso. El
hartazgo y las nuevas tecnologías han provocado que la opinión pública tenga
más poder e injerencia. Habrá que ver si ese poder de expresar se puede
trasladar a la acción y a su vez en votos hacia un determinado candidato.
La
precampaña formal iniciará el 14 de diciembre hasta el 11 de febrero. Sin
embargo, desde el pasado 27 de enero que el PRI destapó a José Antonio Meade
como su candidato a la presidencia, inició la campaña mediática como tal y con
ello una serie de spots en redes sociales y declaraciones en twitter de actores
políticos.
Maquiavelo en el siglo XVI decía: “Cuando se ve el pueblo inclinado a hacer una
mala elección, es lícito y hasta honroso a cualquier ciudadano, dar a conocer
en discursos públicos los defectos del candidato para que sabiéndolos, el
pueblo pueda elegir mejor”
Y como una campaña es una guerra, todos, absolutamente todos los
candidatos entrarán en un juego cuyo objetivo será ganar y ganará el que mejor
estrategia tenga y haga mejor uso de sus recursos. En este juego un recurso que
será utilizado es el miedo, el cual a lo largo de la historia ha sido un
instrumento de control y discusión por parte de grupos. En este sentido,
tenemos elementos de sobra en México para poder introducir el miedo en estás
próximas campañas electorales.
El miedo o temor a la inseguridad, crisis económicas, desempleo,
aumento de productos, a perder lo que se tiene o simplemente a continuar como
estamos.
Si juntamos el miedo y la frustración pueden generar un mayor
caudal de votos, ya que son elementos que movilizan más que el amor y la
propuesta, pero también pueden generar un efecto boomerang. En las últimas 3
elecciones presidenciales, dónde hubo menor participación fue en la de 2006 (58.5%),
donde se utilizó la estrategia de miedo, “AMLO es un peligro para México”.
En el mundo es común que los candidatos (sobre todo de derecha,
aunque no son los únicos) recurran al miedo como estrategia y 2018 no será la
excepción, aunque unos lo hagan con estrategia y otros con meras ocurrencias.
Sin duda el escenario que mayor actividad tendrá en estás próximas
elecciones es Facebook con 66.5 millones de cuentas, Twitter con 46.2 millones
y Whatsapp con 65.1 millones (Asociación de Internet, 2017). Un escenario donde
no existen reglas escritas para los políticos ni para los cibernautas, un ring
donde se habla mucho y se actúa poco. En Estados Unidos ya hay nuevas reglas
para las campañas políticas pero en México aún no se aplicarán.
Las preguntas que quedan por ser resueltas serán: ¿Meade podrá
alejarse de su talón de Aquiles que es Enrique Peña Nieto? y ¿López Obrador
podrá controlar su talón de Aquiles que es él mismo?. Por otro lado, ¿el Gobierno
podrá disimular el hartazgo?, ¿López Obrador cautivará a los millennials?, ¿las
redes podrán movilizar?, ¿Carisma o preparación?
Ante
este contexto, se vislumbra un escenario pulverizado cuyo final será entre dos:
la continuidad y el cambio, y en las dos opciones cabe el miedo.
Recuerden,
el miedo puede paralizarte, pero también lanzarte. Tú decides. Felices fiestas.
Estemos pendiente…
(Texto publicado en la Revista D'interés)