Turbulencias de corrupción



El pasado 7 de octubre en medio de una crisis económica y política los brasileños acudieron a las urnas para elegir a su próximo presidente, donde en la primera vuelta optaron por la extrema derecha con Jair Bolsonaro que obtuvo 46% de los votos, mientras que el oficialista Fernando Haddad, del Partido del Trabajo, obtuvo el 29.3%

Una elección polarizada y guiada por escándalos de corrupción que hundieron al Partido del Trabajo después de 13 años en el poder, empezando por la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en septiembre del año 2016. Aunado a ello, el encarcelamiento de su líder y ex presidente Lula Da Silva por corrupción y el caso Odebrech. A diferencia de otros países latinoamericanos, Brasil cuenta con un sistema de justicia más robusto e independiente. El 28 de octubre será la segunda vuelta que defina al próximo mandatario.

México no es la excepción a estas turbulencias que no son propias de América Latina. Sin duda el tema que más dañó a la administración peñista fue la corrupción e impunidad. Fuimos testigos de casos de corrupción mediáticos como el de la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo o el ex gobernador Javier Duarte, quienes fueron juzgados y condenados y en un caso absuelta.

De acuerdo a el World Justice Project, México termina mal en el Índice de Estado de Derecho donde Guerrero, Baja California Sur y Estado de México son las entidades donde están las peores condiciones de estado de derecho en el país, lo cual se puede traducir a altos índices de inseguridad, una justicia ineficaz y por supuesto corrupción.

Muchos son los cambios que se están dando en América Latina en gobiernos, donde deja de prevalecer una ideología política dominante en determinada región y se privilegian aspectos como corrupción, economía y seguridad, así como a las personas.

Antes se creía que el pueblo no se daba cuenta y que podía engañarse fácilmente, hoy en día, las prácticas siguen siendo vigentes y aplicadas en mayor o menor grado, no lo sé, pero hoy la sociedad tiene herramientas que le permiten tener otras fuentes de información y de expresión, lo que antes no sucedía.
Sin duda, la administración peñista y el propio presidente Peña fue el más buleado, atacado y  no defendido en redes sociales; fueron pocas las cosas que se hicieron con resultados positivos. Una plataforma peligrosa y ruda para cualquier personaje que no sea oposición y tenga la piel delgada.

Con la nueva administración federal que inicia el próximo 01 de diciembre, el candidato electo, tendrá que cambiar la forma de comunicar, dejar atrás la comunicación de campaña por una comunicación de gobierno, que no son lo mismo.

Tenemos como antecedentes las acciones que llevó a cabo cuando fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal en el año 2000, donde acostumbraba a dar conferencias matutinas para dictar agenda, desayuno de trabajo y por la tarde reuniones de trabajo. En este sentido, solo se sabe que vivirá en Palacio Nacional y que dará conferencias matutinas.

Si bien, la comunicación de presidencia de la república es de una magnitud diferente a lo que ha vivido López Obrador seguramente priorizará el contacto con la población, mientras los tiempos políticos lo permitan. Recordemos que López Obrador es un político de tierra, más que un político de oficina, habrá que ver si resulta conveniente dicha práctica conforme pasa el tiempo y las exigencias aumenten.

En este sentido, el discurso de austeridad se ve mermado a unas semanas de iniciar su administración cuando asiste a la elegante y ostentosa boda de uno de sus principales colaboradores, César Yáñez. Es cierto que no es la boda del presidente electo, pero sí de la persona propuesta para la Coordinación General de Política y Gobierno. Delgada es la línea entre ser oposición y gobierno, pero aún más la de la congruencia.

La tecnología ha revolucionado la vida de todos y por ende también la de los políticos y servidores públicos. Hoy en día aún cuesta trabajo entenderlo y adoptarlo, si bien, aún el poder de las redes sociales no logra del todo traspasar la pantalla del celular, si convoca y daña, Brasil un ejemplo, México no es la excepción.

Corrupción un tema que daña y carcome a cualquier sociedad, pero que sin duda, mata a aquellas sociedades con menos educación. Un tema grave que debería ocuparnos a todos, todos los días desde cada una de nuestras trincheras. Estemos pendiente…

Texto publicado en la Revista D'interés

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