LOS CANDIDATOS QUE VIENEN
Se
suele pensar que una campaña política debe reflejar seriedad, transparencia,
honestidad y todos esos adjetivos que solemos asociar con una campaña
institucional, sin embargo, el desgaste de la política tradicional y las nuevas
tecnologías han propiciado buscar nuevas formas de llegar al electorado.
Y
es en esta constante y feroz lucha por obtener la atención de la población que
se realizan estrategias y tácticas que permiten crear y diferenciar candidatos.
Una tarea delicada que requiere, investigación, metodología y profesionales.
La
política en sí es un espectáculo en el cual todos somos parte, ya sea de manera
directa o indirecta. Por ello, en muchas ocasiones optan por poner como
candidatos a personajes reconocidos o destacados en distintos ámbitos como el
deporte, la televisión, la cultura, el económico entre otros.
Si
bien, tales decisiones obedecen a una estrategia de posicionamiento, existe un
riesgo al elegir perfiles que no cumplen con requisitos mínimos para desempeñar
el cargo. Los niveles de desconfianza hacia la clase política son tan altos en todo
el mundo que la elección de personajes ajenos a la política resulta un éxito. Hoy
la mayoría de la gente vota por un personaje/candidato y no por un partido.
Ejemplos
hay muchos en todos los niveles, pero hay tres casos presidenciales. El más
cercano sin duda es el del ex presidente de México, Enrique Peña Nieto, donde
su esposa Angélica Rivera, actriz de telenovelas, fue una pieza clave para
elevar el nivel de popularidad del candidato en el año 2012. Una historia que
terminó en divorcio al final del sexenio, donde el presidente termina con una
aprobación de 21% (Mitofsky), la más baja de sus antecesores.
Otro
caso sucedió en el año 2015 en Guatemala, donde el cómico Jimmy Morales gana la
segunda vuelta con el 65.4% de la votación, convirtiéndose en presidente del
vecino país. Su principal tema de campaña fue el combate a la corrupción, cuyo
slogan era “Ni corrupto, ni ladrón”. Actualmente Guatemala continúa con problemas
sociales y económicos, así como señalamientos de corrupción al gobierno.
El
caso más reciente, sucedió el pasado 21 de abril en Europa, donde resultó
ganador el comediante Volodimir Zelenskiy, convirtiéndose en el presidente de
Ucrania con 72.3% de los sufragios emitidos en la segunda vuelta.
Zelenskiy
participaba como comediante en un programa de televisión donde daba vida a un
presidente. A través de la comedia logró criticar al político tradicional, lo
que le permitió posicionarse como una alternativa.
El
comediante realizó una campaña poco tradicional, con pocas entrevistas y
mítines, enfocándose en redes sociales sobre todo Instagram ( con 4.4 millones
de seguidores), donde pudo mostrar el lado b del comediante, un hombre
deportista, con un estilo de vida como el de cualquier otro ciudadano. El
humor, el color y el ritmo son aspectos
que influyen en la construcción y diferenciación de una campaña en esta nueva
era.
También
en España, hace unos días se dio a conocer que el líder político español Albert
Rivera dará a conocer su relación sentimental con la cantante Malú, todo esto
en medio de la campaña para elegir al presidente español.
Si
bien son contextos distintos, podemos ver que debido a la falta de credibilidad
del político actual la gente opta por opciones que se alejen del status quo. Es
un hecho que la forma de hacer campañas ha cambiado, si bien el objetivo sigue
siendo el mismo (ganar con votos), las formas han cambiado y se han adaptado a
las nuevas tecnologías.
No
descartemos que pronto en algún lugar de la región, tengamos youtuberos o
instagrameros como candidatos a puestos de elección popular. Para muestra la
broma que hace unos meses se hizo en Puebla, donde el youtubero Luisito
Comunica fue postulado por un grupo de fans a la gubernatura interina.
En
política no existen coincidencias, y menos en campaña donde como en el amor,
todo vale. Estemos pendiente…
Texto publicado en la Revista D'interés