La conquista del futuro ciudadano. Una inversión electoral
El
principal reclamo que la ciudadanía tiene hacia las campañas políticas es una
constante en todas las mediciones, el problema radica en la falta de
credibilidad: siempre es el mismo discurso. Paradójicamente, para los
consultores todas las campañas son diferentes.
El
objetivo de una campaña política es persuadir al electorado para que vote o en
su defecto deje de hacerlo. Las campañas políticas de contraste son las más
interesantes desde mi perspectiva ya que permiten comparar dos o más
propuestas, sin embargo, éstas polarizan al electorado, por lo cual exigen un
electorado más informado.
Muchos
son los recursos económicos, tecnológicos, humanos e intelectuales que se
invierten en una campaña política; por ello, el mayor reto en una campaña
exitosa es lograr administrar y dirigir todos los recursos hacia un mismo
objetivo. El objetivo de toda campaña política debe ser ganar, sin embargo,
ganar no siempre es sinónimo de obtener el puesto en disputa.
Una
de las máximas del marketing político es que los productos son como una
bicicleta, si no están en movimiento se caen. De continuar con los mismos
modelos de comunicación hacia los ciudadanos se continuará aumentando el
sentimiento de enojo y desilusión que prevalece actualmente, por ello la
importancia de invertir en los futuros ciudadanos conquistando a los actuales.
Internet
(1995) es un parteaguas en la comunicación al convertirse en el medio por el cual el mundo se conecta.
Hoy los medios alternativos como son las redes sociales han provocado la
apertura de espacios inimaginables de difusión y discusión de temas políticos.
Actualmente es el medio con mayor pluralidad de contenidos, en el sentido de
que no existen restricciones para entrar.
Inmersos
en una sociedad que cree cada vez menos en la política y las instituciones, al
mismo tiempo que es cada vez menos influencia por los medios tradicionales, sobre
todo las nuevas generaciones, surge la necesidad y urgencia de replantear y
utilizar nuevas formas de comunicación.
Ante
dicho contexto es necesario pensar en el electorado de manera integral, no
realizar una comunicación bidireccional, sino una comunicación multifactorial
dirigida a los futuros electores con efectos a corto y largo plazo: los niños.
Los
niños distan mucho de comportarse como nosotros lo fuimos, hoy los niños están
empoderados por distintos estímulos, entre ellos las nuevas tecnologías que
proporcionan información constante y por distintas formas. Hoy la educación se
ha invertido, los padres obedecen a los niños. Los niños en México representan
el 30% de la población, un segmento que
se tiene olvidado al plantear campañas políticas y al cual debemos dirigir
parte de la estrategia de comunicación.
De
acuerdo a un estudio de Price Waterhouse Coopers, los niños influyen en el 60%
de las compras familiares, principalmente en las categorías de tecnología y
productos de consumo. Esto debido a las nuevas formas de educación en las
cuales los padres incorporan las opiniones de los niños sobre sus opiniones de
normas parentales.
Debido
a que la política y las instituciones se encuentran en una constante y
creciente crisis de credibilidad, se debe invertir en los niños que si bien hoy
no pueden votar, si tienen un efecto a corto y largo plazo. El primer efecto es
su influencia hacia los padres y el segundo efecto es que ellos serán los
futuros electores. No se trata de descubrir el hilo negro, tampoco de realizar
spots con niños, se trata de invertir con nuevos productos en nuevos medios.
Como
sociedad tenemos la costumbre de ser reactivos ante situaciones que se nos
presentan, sin embargo, hoy resulta necesario y urgente empezar a ser proactivo
y ver hacia nuevas formas de comunicación a través de nuevos medios
tecnológicos. No podemos continuar con la comunicación bidireccional que nos
caracteriza, no si tenemos en cuenta que las nuevas generaciones son
diferentes, sus comportamientos y necesidades no responden a los mismos
patrones a los que estamos acostumbrados.
El
reto consiste en investigar y sobre todo saber destinar parte de la
comunicación a estos nuevos segmentos que re incentivarán la participación de
la ciudadanía. Una inversión a la cual vale la pena apostar. Estemos pendiente…
(Texto publicado en la Revista D'interés)